domingo, 10 de abril de 2011

CAPITULO XX: SIGUIENDO UN CAMINO (I)

Esperaba que todo saliera de la mejor forma posible, si esto seguía avanzando.
Me sentí aliviada al cortar con ella, “una menos”, pensé, me sentía terrible por pensar así de ella, pero en este momento era lo mejor. No llamé a Flor, seguramente la iba a ver en la facultad, por suerte, tenía más tiempo para prepararme.
Llegué y estaba sentada en el mismo lugar de siempre con los chicos, me tiró una mirada de enojo y me sentí peor que nunca. Me bajé y caminé hacia ellos, todos estaban normales menos ella y Benja. Los cuales eran los más cercanos a mí y los que me conocían más, sabían que yo estaba rara.
Saludé amablemente a todos, Flor y Benja se levantaron y me miraron para que los siguiera, suspiré profundo y fuimos hasta la puerta de la facultad y nos sentamos. Se abalanzaron sobre mi a penas estuvimos solos, al contarles con quien estaba pusieron el grito en el cielo, Benja creyó que había pasado la noche con él, tuve que pararlo y reírme un rato largo de la vergüenza que aquello me había causado. Me retaron y los reté por no entenderme como amigos, y dejar los castigos para los padres, simulé enojo, parecía que había impactado algo en ellos. Me miraron avergonzados. Estaba volviendo a hacer aquella que fui con Gaby cuando tenía en la cabeza a Nahuel, solo que esta vez era sin quererlo. Tenía ganas de gritarles a los cuatro vientos lo que estaba pasando para que estuvieran conmigo y supieran un secreto tan genial como ese. Pero valían más sus vidas.
Llegaron a pedirme disculpas arrepentidos por su comportamiento, luego hablamos durante un largo rato, les conté puras mentiras de lo que anoche habíamos hecho; les dije la verdad sobre lo mucho que me gustaba y todo lo que estaba sintiendo por él. Claramente no estaban de acuerdo, se limitaron a darme el consejo de que me cuidara y nada más. Les comenté también la ida de Gabriel a EEUU, ya que no los había visto, pero los chismes en el pueblo corrían más que rápido, ya lo sabían. Me sorprendí al enterarme de que forma lo hicieron.
- Tuvimos una pequeña pelea con Sebastián el amigo de Gaby ayer. – dijo Benja.
- ¿Qué pasó? - pregunté sorprendida y no tanto.
- Vino al parque a hablar contigo muy enojado, estaba con los ojos muy llorosos también, se ve que se había enterado recién de la noticia. Como no estabas nos echó la porquería a nosotros, nos dijo de todo sobre vos, Benja se enojó mucho y si no fuera porque Adrián y Cris que lo paró la cosa se hubiera puesto fea. Pero de todas maneras, el se marchó y nos dijo que todavía no había hablado con vos, que te prepararas porque iban a tener una charla muy larga. – dijo Flor, ahora si me sentía mal y me largué a llorar.
- No, no llores, no es tu culpa lo sabes. – dijo Benja preocupado
- Claro que es mi culpa, el se va por mi, todos lo saben. – Benja se acercó y me abrazó, Flor por su parte me tomó de la mano y la apretó con fuerza.
- No llores, el es grande sabe lo que hace, de todos modos se va a ir para que su carrera pueda mejorar, tampoco es tan malo, no se va sin rumbo, ni nada por el estilo. – la miré, en eso tenía razón, igual yo me sentía mal.
- Me voy a ir con él. – Benja me soltó y me miró, Flor lo siguió.
- ¿De qué estás hablando? – masculló Benja, me sequé las lágrimas, iba a cometer otra locura, las cuales eran comunes en los últimos días. Sabia que era segura esa opción, por más que a Nahuel le doliera, de todos modos el me había dicho que siempre iba a estar conmigo, aunque en una situación así no le iba a ser fácil. Peor por lo menos me alejaría del lugar, aunque no sabía hasta que punto eso podría ser bueno, quizás pondría en peligro a Gaby. Pero el estaría conmigo, también sería una especie de protegido ya que yo no lo dejaría ni un minuto, Gaby debería de tener su propio ángel, le pediría a Nahuel que hablase con su él para que lo proteja más todavía. Y todos los demás que me conocieran estarían a salvo, ya que en un momento a otro empezarían a dudar y eso no sería bueno.
- Gaby me dio un boleto de autobús, me dijo que si yo me quería ir con él que fuera hoy en la tarde, a eso de las cuatro. Voy a hacer eso.
- Pero vos lo dejaste, y te esta gustando Nahuel, ¿qué necesidad de ser parte de una historia así?, te vas a lastimar vos también y si te arrepentís tu vuelta al pueblo a Gaby le va a hacer más mal. ¿Por qué lo vas a hacer?.“Porque las cosas son diferentes, Nahuel es un ángel, mi ángel y estamos en peligro. Y todavía no se que clase de peligro”. Me dije a mi misma, luego de escuchar a Flor preguntarme algo que no le podía responder con la verdad.
- Me estoy dando cuenta ahora que no puedo estar sin él. Soy una niña caprichosa, lo dejé de tonta. Quiero estar con él – otra mentira más. Pero era lo mejor.
- ¿Estas segura Ali?, sabes que yo te apoyo siempre, y esta no va a ser la excepción, si es lo que realmente querés. Pero quiero que sea lo que realmente queres de verdad. Porque hace un segundo nos dijiste que querías ir de a poco con Nahuel y que te gustaba mucho. – el tono de Flor fue esta vez más tranquilizador, que calmó mis ansias.
- Si realmente quiero eso.
- Si es así, vamos a tu casa para poder ayudarte con los bolsos. – habló Benja con tristeza, yo sabía que esto iba a ser muy difícil. Ambos eran como mis hermanos, yo los amaba y por eso me iba.
Nos levantamos, yo ansiosa y ellos tristes disimulando un poco para no hacerme sentir peor. Les negué a mis amigos a que me acompañaran, no podían faltar a la facultad por mi culpa, ya era bastante conmigo. Todavía tenía que enfrentar un montón de cosas más allá de ángeles. Tenía que darle la noticia a mi madre de que me iba a EEUU con Gabriel, decirle que iba a hacer con la facultad, enfrentar a mis hermanos, demasiado para una corta tarde antes de irme. Pero ellos de todos modos vinieron, preferían quedarse conmigo el tiempo que estuviera por aquí, era razonable no se los discutí.
Llegamos a casa, subimos y me ayudaron a juntar la ropa, bajé y los dejé a cargo unos minutos para poder llamar a mi madre, no sabía si llamarla o mandarle un mensaje. De todas formas ella me iba a terminar llamando para saber que era lo que había pasado, pero preferí al final el mensaje o sea la cobardía. Fui hacia el auto donde siempre tenía mi celular, abrí la puerta, me subí en el y le mandé un mensaje a mamá dándole la “buena nueva”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario